VIAJE A NANTES
El jueves 23 de abril salimos dirección
Nantes, para visitar la feria organizada por la revista Quiltmania, y aprovechar
para hacer un poco de turismo por nuestro País vecino.
Las previsiones de tiempo no eran muy
halagüeñas, lluvia los cuatro días.
Con el autobús completo, 54 personas,
algunas de otras regiones, Burgos, Bilbao, Vitoria, nos dirigimos hacia la
frontera.
Nuestra primera parada, La duna de Pila,
cerca de Arcachon, aprovechamos para comer, el tiempo nos sonrió, y
disfrutamos de una vista maravillosa del Atlántico, y esa duna que está en
continuo movimiento.
Al atardecer llegamos a Nantes, una ciudad
poco conocida, pero llena de sorpresas, que a todo el mundo ha gustado.
El viernes a las 9 de la mañana visita
guiada por la ciudad, dos horas caminando, visitando la catedral, el palacio,
los barrios antiguos y terminando en las maravillosas galerías.
Después nos fuimos a la feria, unos antes,
y otros después, Algunos caballeros y acompañantes optaron por visitar
otras cosas.
La feria organizada por Quiltmania, nunca
decepciona, por su buen gusto, nos pasamos el resto del día visitando,
curioseando, comprando, etc.
Las exposiciones magnificas, todas
pertenecían a los libros editados por ellos, y con un gusto magnifico,
clásicas y modernas, para todos los gustos.
También había un concurso con INDIGO de
titulo.
Disfrutamos muchísimo, y nos fuimos,
porque cerraron y nos echaron, de lo contrario, allí continuaríamos.
El sábado madrugamos y nos fuimos al Monte
San Michel, un lugar que tampoco decepciona, Mucha gente como siempre, pero
disfrutamos inmensamente, tuvimos la suerte que al llegar, sonaba las campanas,
dando al momento un toque especial.
En la iglesia sonaba una música sacra
maravillosa que nos hizo trasladarnos por un momento a la época medieval,
Por la tarde visitamos St Malo con sus
murallas y sus playas, degustamos
las galettes y la sidra, muy típico allí.
Regresamos a Nantes, agotados pero
encantados.
El domingo de vuelta a Cantabria paramos
en La Rochelle, otro rincón inigualable de Francia, con sus murallas, sus faros
y su ayuntamiento.
Y de vuelta a casa, unos con sus
souvenirs, otros simplemente con los agradables recuerdos del
viaje.
Y la coletilla del final de viaje, cuando
hacemos otro viaje.
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